La Esofagitis Eosinofílica (EoE) está ganando terreno como una enfermedad emergente, según el presidente del Consorcio Europeo para Enfermedades Eosinofílicas del Tracto Gastrointestinal (EUREOS). Aunque aún no se comprenden completamente sus causas, la evidencia muestra un crecimiento constante tanto en niños como en adultos, convirtiéndola en la principal causa de enfermedad crónica del esófago en jóvenes y la principal causa de impactación esofágica en todas las edades.
EoE es una condición crónica mediada por el sistema inmune que desencadena inflamación en el esófago tras la exposición a diversos componentes, principalmente de la dieta. Lo que hace tres décadas se consideraba una enfermedad rara, hoy en día se ha convertido en la principal razón detrás de la disfagia y la impactación de alimentos tanto en niños como en adultos jóvenes.
Los síntomas de EoE son diversos y varían según la edad del paciente. En los niños más pequeños, pueden incluir náuseas, vómitos, dolor torácico o abdominal, alimentación lenta, aversión a la comida e incluso pérdida de peso. Por otro lado, en adultos, la disfagia, la impactación de alimentos y la acidez esofágica son síntomas más comunes.
El tratamiento de estos pacientes se basa en cambios dietéticos y una adecuada nutrición. Además, es crucial prestar atención al estado emocional del paciente, ya que la incapacidad para comer puede desencadenar ansiedad, depresión e incluso fagofobia.
Gracias a las pautas clínicas establecidas para la esofagitis eosinofílica, especialmente la europea de 2017, hay una mayor conciencia sobre la enfermedad. Esto lleva a más profesionales a considerar la EoE al enfrentarse a pacientes con dificultades para tragar o síntomas esofágicos atípicos, que no encuentran explicación mediante pruebas habituales, dado su origen inmune.
La EoE es una condición alérgica emergente que afecta el esófago y se desencadena principalmente por alérgenos alimentarios. Sin embargo, las pruebas convencionales de alergia alimentaria, como las pruebas cutáneas o los niveles de IgE, no son efectivas para identificar los alimentos responsables en la EoE. Lamentablemente, las estrategias dietéticas efectivas, como la dieta elemental o la eliminación de seis alimentos, no suelen ser bien aceptadas por pacientes y médicos debido a su alto grado de restricción y a la necesidad frecuente de realizar endoscopias. Estudios han revelado que hasta tres cuartas partes de los pacientes que siguen una dieta de eliminación de seis alimentos solo tienen uno o dos alimentos desencadenantes, siendo los más comunes la leche de vaca, el trigo y los huevos. Por lo tanto, muchos de los que responden a esta dieta podrían beneficiarse de enfoques menos restrictivos.
En un estudio multicéntrico publicado en The Journal of Allergy & Clinical Immunology (JACI), Molina-Infante, Lucendo y colaboradores evaluaron una nueva estrategia dietética empírica en 130 pacientes, tanto pediátricos como adultos, con EoE. Todos los pacientes que no respondieron a los inhibidores de la bomba de protones se sometieron inicialmente a una dieta de eliminación de dos alimentos (leche y cereales con gluten). Aquellos que no mostraron mejoría fueron progresivamente transicionados a una dieta de eliminación de cuatro alimentos (añadiendo la retirada de huevo y legumbres) y luego a una de seis alimentos (incluyendo frutos secos y pescado/marisco), si la respuesta seguía siendo insatisfactoria.
Los resultados mostraron que las dietas de eliminación de dos, cuatro y seis alimentos fueron efectivas en el 43%, 60% y 79% de los pacientes, respectivamente, sin diferencias significativas entre niños y adultos. Además, en comparación con la dieta inicial de eliminación de seis alimentos, la estrategia de intensificación redujo los procedimientos endoscópicos y el tiempo de diagnóstico en un 20%. Entre los que respondieron a la dieta de eliminación de dos alimentos, los culpables más comunes fueron la leche (52%), los cereales con gluten (16%) o ambos (28%). La EoE inducida únicamente por la leche se observó en el 18% y 33% de los adultos y niños, respectivamente. Notablemente, el 90% de los que respondieron a las dietas de eliminación de dos o cuatro alimentos tenían uno o dos desencadenantes alimentarios, mientras que todos los que respondieron a la dieta de seis alimentos tenían tres o más.
Este nuevo enfoque empírico tiene el potencial de identificar rápidamente a la mayoría de los respondedores, evitando restricciones dietéticas innecesarias y reduciendo el número de endoscopias, lo que acorta el proceso de diagnóstico. Los pacientes que responden a las dietas de dos o cuatro alimentos, al tener menos desencadenantes alimentarios, podrían ser candidatos ideales para un tratamiento a largo plazo, evitando los alimentos responsables. Estos hallazgos proporcionan información valiosa sobre la eficacia de diferentes estrategias dietéticas empíricas y los alimentos más frecuentemente implicados, sugiriendo que la dieta de eliminación de seis alimentos podría reservarse como último recurso en lugar de ser la primera opción, especialmente para pacientes menos motivados. Este enfoque novedoso tiene el potencial de simplificar las decisiones clínicas y de mejorar la adherencia tanto de los pacientes como de los médicos a la terapia dietética.
Fuente: Molina-Infante, Javier et al. Intensificación de la dieta de eliminación empírica para la esofagitis eosinofílica pediátrica y adulta: el estudio 2-4-6, 2017. Revista de Alergia e Inmunología Clínica, Volumen 141, Número 4, 1365 – 1372.