Hoy, 24 de noviembre, celebro dos cosas que pueden parecer distintas pero que, al reflexionarlo, están profundamente conectadas: el Día del Dietista-Nutricionista en España y el legado de uno de los artistas más icónicos de la historia, Freddie Mercury. En esta fecha, recordamos la partida de Freddie, un genio que no solo revolucionó la música, sino que también nos dejó importantes lecciones sobre la vida, el cuidado personal y el impacto de nuestra salud.
Mientras escucho “Somebody to Love” de fondo, pienso en cómo estos dos temas se entrelazan. ¿Qué tienen en común un dietista-nutricionista y Freddie Mercury? Ambos pueden dejar huella: uno en el bienestar físico y el otro en el alma.
La importancia del cuidado personal
Freddie Mercury era más que un músico; era una fuerza de la naturaleza que nos enseñó a vivir con pasión. Sin embargo, su historia también nos recuerda cómo la salud puede ser frágil. Como alguien que enfrentó el VIH en una época donde la información era escasa y el apoyo limitado, su vida subraya la importancia de la prevención, el acceso a profesionales capacitados y el cuidado integral de nuestra salud.
La nutrición no es solo comida; es una herramienta poderosa para fortalecer nuestro cuerpo, cuidar nuestras defensas y, como él hizo con la música, encontrar armonía en nuestra vida diaria.
Un ejemplo perfecto está en el tema de este año: los trastornos digestivos funcionales (TDF). Estos trastornos, que afectan a millones de personas, no tienen una causa orgánica clara, pero impactan profundamente la calidad de vida de quienes los padecen. Un dietista-nutricionista puede marcar una diferencia enorme, identificando patrones alimentarios que desencadenan los síntomas y diseñando un plan personalizado para aliviarlos.
Imagina vivir con dolor abdominal crónico, hinchazón o problemas digestivos constantes. Ahora, imagina que alguien puede ayudarte a encontrar una mejoría a través tu alimentación. Esa es la magia de la nutrición clínica: transformar el sufrimiento en bienestar.
Así como Freddie hacía que cada canción pareciera escrita solo para ti, un dietista-nutricionista adapta su conocimiento para mejorar tu salud de manera única y significativa.
Nutrición y música: cuidando cuerpo y alma
Al igual que una buena canción puede llenar nuestro espíritu, una buena alimentación es el ritmo que mantiene nuestro cuerpo en sintonía. Celebrar el Día Internacional del Dietista-Nutricionista en la misma fecha que recordamos a Freddie Mercury es un recordatorio perfecto de cómo ambos aspectos son fundamentales en nuestra vida.
Temas como “We Are the Champions”, nos hacen pensar en todas las victorias que logramos cuando cuidamos de nuestra salud. Si bien nadie puede reemplazar a Freddie, su legado nos motiva a aprovechar al máximo cada día, mientras que la nutrición nos ofrece las herramientas para hacerlo con un cuerpo fuerte y una mente clara.
Mi reflexión: vivir con propósito
Hoy celebro la pasión de Freddie Mercury y la dedicación de los dietistas-nutricionistas (una maravillosa profesión). Freddie nos enseñó a brillar incluso en los momentos más oscuros, y los nutricionistas nos muestran cómo construir una vida saludable que nos permita disfrutar plenamente cada instante. Ambos, a su manera, nos invitan a tomar control de nuestra vida: unos desde el escenario, otros desde la consulta.
Por eso, mientras tarareo “Don’t Stop Me Now”, pienso en cómo podemos honrar estos legados. Freddie nos dejó su música; los dietistas-nutricionistas, la clave para cuidar el único cuerpo que tenemos. Y ambos nos recuerdan que, para vivir plenamente, necesitamos equilibrio: mente, cuerpo y alma en perfecta armonía.
¿Qué tal si, mientras recuerdas a Freddie, haces un pequeño cambio en tu alimentación hoy? Por él, por mí y porque la salud y la música son dos regalos que merecen ser celebrados.