Un diagnóstico de cáncer es un momento difícil tanto para los pacientes como para sus familias. Este hecho puede provocar muchos desafíos tanto a nivel psicológico como físico y espiritual en aquellos pacientes que viven con esta enfermedad.
Es comprensible pues, entender la búsqueda de ayuda para combatir la propia enfermedad o bien para aliviar los efectos secundarios del tratamiento a través de la dieta.
Pero, ¿qué tipos de dietas nos podemos encontrar en este punto?
- Dieta complementaria: una dieta utilizada junto con el tratamiento médico para tratar el cáncer.
- Dieta alternativa: una dieta utilizada para reemplazar el tratamiento médico para tratar el cáncer.
Existen muchos mitos y afirmaciones incorrectas avaladas por pseudociencias que muchas veces llevan a los pacientes a abandonar los tratamientos médicos y poner así en riesgo su vida.
La siguiente información resume algunos de los principales mitos-realidades más comunes relacionados con la dieta y el cáncer.
Lácteos
Mito:
- Las hormonas utilizadas en la producción de leche promueven el crecimiento de tumores cancerosos relacionados con hormonas.
Realidad:
- No existe una vinculación entre las dietas que contienen productos lácteos y el riesgo de cáncer.
- Existe evidencia que sugiere un papel protector de los lácteos en el desarrollo del cáncer de mama a través del aumento de la ingesta de calcio, vitamina D, butirato, ácido linoleico conjugado y lactoferrina.
Soja
Mito:
- Las isoflavonas, que se encuentran en los productos de soja, tienen una estructura química similar a la hormona estrógeno. El estrógeno puede estimular algunos tipos de cáncer, por lo tanto, se pensó que los alimentos que contienen isoflavonas podrían tener el mismo efecto.
Realidad:
- La evidencia actual sugiere que una dieta que contiene isoflavonas naturales es segura.
- Los alimentos de soja se pueden utilizar como parte de una dieta sana y equilibrada como una fuente no cárnica de proteínas que además, proporcionan fibra.
Azúcar
Mito:
- El azúcar alimenta las células cancerosas.
Realidad:
- Eliminar el azúcar de la dieta no restringe la glucosa (azúcar) a las células cancerosas.
- Los azúcares se encuentran en una serie de alimentos saludables que incluyen carbohidratos complejos, frutas y verduras. Estos son ricos en fibra, vitaminas y minerales y se han relacionado con un menor riesgo de cáncer.
- Se recomienda reducir el exceso de azúcar en la dieta, particularmente en forma de “azúcares libres” o azúcares “simples”, ya que están relacionados con el sobrepeso y este sí es un factor de riesgo para desarrollar un cáncer.
Dieta alcalina
Mito:
- Un ambiente ácido promueve la mala salud, mientras que un ambiente alcalino es beneficioso y promueve la buena salud. Se afirma que los alimentos que se consumen pueden afectar el pH del cuerpo y que como nuestra sangre es naturalmente alcalina (pH 7.4) comer alimentos ácidos altera el equilibrio.
Realidad:
- No hay consenso sobre la agrupación de alimentos como ácidos o alcalinos, siendo muchos mal clasificados.
- El pH de la sangre (7.4) está estrechamente regulado por los riñones y el sistema respiratorio. Cualquier exceso de ácido se excreta en la orina. El pH de la sangre no se ve alterado por la ingesta dietética.
- Esta dieta sugiere que comer alimentos alcalinos puede crear un ambiente hostil y, por lo tanto, matar el cáncer. Sin embargo, ni las células cancerosas ni las células sanas pueden sobrevivir en un ambiente alcalino.
- No hay evidencia científica que establezca el beneficio de una dieta alcalina para curar el cáncer.
- La única situación en la que se altera el pH de la sangre es durante la acidosis metabólica, cuando un individuo está gravemente enfermo.
Dieta cetogénica
Mito:
- La dieta cetogénica disminuye el tamaño y la propagación del tumor.
Realidad:
- La dieta cetogénica es una dieta baja en carbohidratos y alta en grasas.
- La investigación existente es en animales y en tumores cerebrales.
- Los datos en humanos se basan en casos individuales. La pérdida de peso demostrada puede ser un problema en el paciente oncológico.
- Una alta ingesta de proteínas puede contrarrestar la dieta cetogénica al proporcionar aminoácidos glucogénicos para la producción de glucosa cuando el nivel de proteína consumida excede el recambio normal de proteínas sin inanición.
- Una dieta cetogénica puede causar síntomas de estreñimiento, diarrea y fatiga.
- La adherencia puede ser baja debido a la palatabilidad y las restricciones dietéticas prolongadas.
Ayuno
Mito:
- El ayuno puede mejorar el efecto y los síntomas de la quimioterapia.
Realidad:
- Existe cierta evidencia de que el ayuno a corto plazo (STF) podría aumentar la efectividad y la tolerabilidad de la quimioterapia, la mayoría de los estudios se encuentran en etapas tempranas o en animales.
- Estos estudios preliminares se basan en grupos pequeños y principalmente en el cáncer de mama y ovario.
- Los regímenes de ayuno causaron efectos secundarios que incluyen: dolores de cabeza, hambre, debilidad, náuseas, mareos y pérdida de peso.
- Debido a la falta de pruebas sólidas y al riesgo en ciertas personas, no se recomienda si tiene ciertas afecciones, como enfermedades cardíacas, diabetes o trastornos alimentarios previos o existentes. Un índice de masa corporal bajo (IMC≤19 kg/m2) o antecedentes de pérdida de peso reciente.
Suplementos
Mito:
- Las medicinas alternativas complementarias pueden aumentar la supervivencia y reducir la recurrencia, optimizar el tratamiento, aliviar los efectos secundarios y estimular el sistema inmunológico.
Realidad:
- Algunas vitaminas y minerales podrían interferir con la eficacia de los medicamentos contra el cáncer. Las dosis altas de antioxidantes (coenzima Q10, selenio, vitaminas A, C, E) pueden ayudar a prevenir el daño celular, pero pueden impedir que la quimioterapia funcione de manera tan eficiente.
- Consulte con su equipo de oncología antes de tomar cualquier suplemento.
Es esencial comunicar tanto a su equipo médico como a su dietista-nutricionista si está siguiendo una dieta determinada para que puedan ayudarlo a comprender y discutir cualquier posible efecto secundario.
Algunas de estas dietas pueden tener un impacto perjudicial en su salud y bienestar. Algunos ejemplos son:
- Interacciones medicamentosas: La dieta puede interactuar con su tratamiento contra el cáncer o medicamentos regulares.
- Deficiencias nutricionales: La dieta puede ser desequilibrada y causar deficiencias nutricionales.
- Pérdida de peso y/o músculo: La dieta puede resultar en pérdida de peso involuntaria y pérdida de masa muscular.
Elegir una dieta complementaria puede tener un impacto en la salud de alguien, por lo tanto, es importante investigar a fondo eligiendo evidencia científica de calidad además de consultar con su equipo médico-nutricional.
Fuente: BDA Oncology.